Uncategorized

mientras el Año Viejo termina… y el Año Nuevo comienza.

2013 ha sido uno de los años más catárticos y difíciles que he tenido que vivir. Sin duda, fue un año de cambios; de cambios (muy) fuertes en mí y mi alrededor, de cambios radicales. Variedad de aprendizajes deseados y forzados.No hay de otra: crecer cuesta.

Pasé de la intoxicante sensación de tenerlo todo… a la profunda soledad de quedarme sin nada. Las realidades a las que uno enfrenta, no siempre son lo que uno proyectaba con tanta ilusión. Aceptar que, a pesar que tengas la intención de mantener a alguien en tu vida, si sus caminos deben separarse, aunque te aferres de manera monumental, se debe de ir. Por poco tiempo… o para siempre.

Intenté descifrar los por qué de tantas cosas que pasaron… y de las repercusiones de mis decisiones. Los “si hubiera” llenaron tanto mi mente, que terminaba agobiado y cansado. Simplemente llegó el punto en que decidí dejar de hacerlo. Tanto por mí, como por los que estaban junto. No era nada justo para nadie. A veces recaigo (debo confesar), pero es algo que eventualmente quedará atrás. La autodestrucción que en ocasiones me sucede, es un recordatorio personal de que no debo de perder ni mi camino ni mi fé.

Entendí que nada pasa por casualidad. Sigo creyendo en que no estamos en el mundo (en este espacio y tiempo) por azar, sino porque debemos de cumplir un cometido. Todos, absolutamente todos, estamos obligados a interpretar un papel clave en la vida… tocamos de maneras inimaginables a todos aquellos con los que interactuamos; no nos damos cuenta de nuestra influencia y sus efectos en la vida de los demás.

Experiencia obligada para notarme que nunca he estado verdaderamente por mi cuenta. Dios no me abandona y me trae personas clave que hacen que pueda seguir adelante, sorpresas inesperadas que me ayudaron a levantarme de tantas caídas. Les agradezco como no creo que tengan idea, todos ustedes me han impulsado y alentado a seguir.

Estar conmigo es difícil. Y les agradezco a todos su amistad, su preocupación… su paciencia. A veces creo que no merezco a tanta gente buena a mi alrededor.

¿Qué sigue? ¿A dónde voy?
2014 será el año en el que no tenga nada bajo control. Sin saber exactamente a donde debo ir ni qué es lo que debo hacer, este nuevo año está (más que nunca) lleno de expectativas. Tengo miedo, debo confesarlo. Pero es un miedo de esos que sientes cuando tienes emoción de las cosas, no por el terror que me causa lo desconocido.

Quiero poder seguir. Quiero probar que soy, que puedo… que lo haré.

les comparto mi vida

365

Es interesante como la vida (Dios, el destino, el karma…) te lleva por caminos que no pensabas transitar más. Me sigue sorprendiendo como las oportunidades llegan cuando uno está listo y  preparado para afrontarlas, aunque nosotros ni siquiera pensemos que lo estamos.

Regresar a donde alguna vez yo prometí que no volvería, para probar mi propia valía fue solo el inicio de este vaivén de emociones que experimentado estos últimos meses, con la confianza de varios que tanto me inspiran y me obligan a ser mejor cada día.

Nuevamente el estar ahí, con acompañantes insospechados que recorren ese camino a mi lado que me alentaron a seguir tras mis aspiraciones, me resulta en un déjà vu cotidiano.

365 días después, miro hacia donde estuve hace tres años… y es tan distinto el sentimiento que experimento, que solo puedo expresar un “GRACIAS”

les comparto mi vida

reality – I made mine

I am not mad, I am not angry; I do not know the exact feeling to be honest.
Realized I cannot continue this way anymore since a long time, but I just do not wanted to accept it. Today, I decided just to keep moving.

Tired of being here for you, and I only received your indifference.
Fatigued of sharing dreams, and the silence was the only one who replied.
Exhausted of waiting for kind words, and they never arrived.
Drained of hope repeating myself you will say something soon, but you did not.
Tired, just tired…

Already know you do not care for me, but let’s pretend you do.
This is sad, but it is truth; definitely not a pretty landscape.
But well, I have to deal with the reality, no matter if I do not like it, agree?

I am not looking for you anymore, even though I do really like you.
This is going to be a huge dilemma, but I have to try.

It is now your choice to find me, cause I made mine… just to forget (you).

Sighs.

les comparto mi vida

RE: Hola

Después de intentar conocer qué pasaba por tu mente,
después de tratar bajar la guardia para ti,
después de confiar en ti y contarte algunos de mis secretos.

Me dejaste ver que no fue suficiente…
Aun cuando te facilité todo (y vaya que di de más)
de eso no tengo la menor duda, al menos.

Me pregunto si fue por eso que no lo apreciaste.
Me pregunto si fue porque te lo hice tan sencillo.
Me pregunto… me pregunto…

Justo acabo de hacer esto, pero no estoy siendo visceral.
Algunas veces creo que no debiste mentirme y mentirte,
otras veces pienso que no debí creerte tanto como lo hice.

Sin embargo, viéndolo desde lejos,
creo que fue lo mejor… no te reprocho, no me arrepiento.
Lo hecho, hecho está y no pudo ser de otro modo.

Tal como te lo dije, te deseo una buena vida y un buen caminar;
no quise tu despedida, porque sé que no sería honesta.
Mejor así, sin mucho drama y sin más nada… te dije adiós.

 

Sin muchas palabras, voy dejando cachos del pasado detrás de mí…
Nunca fui bueno para el adiós.

les comparto mi vida

RE: de omisiones y algo más

Creo que ya te lo había preguntado (varias veces), pero realmente no recuerdo por medio de quién fue que nos conocimos… confieso que esa manera tuya de escribir tweets tan presumida y altanera, me enganchó, como no cualquiera tiene la habilidad de hacerlo… intenté algunas veces sin éxito, pero me mantuve firme (y que conste que no fui stalker) ¿Será que mi insistencia hizo que al menos supieras de mi existencia en tu lado del monitor?

Cuando por fin me hice notar, dió inicio a algo que no esperé que sucediera… mientras que en el escenario principal seguíamos compartiendo información, RTs, chistes, #FollowFriday’s y demás acciones propias de Twitter cada quien por su cuenta y con sus respectivos TimeLines, una avalancha de mensajes tras bambalinas se comenzó a generar.

Rápidamente pude identificar una característica particular en ti: la coquetería. Exudabas seducción en cada uno de tus 140 caracteres, y sin embargo, no me llamaste la atención por eso… sabía que había algo más. Estuve al pendiente de tus reacciones a mis mensajes, que aseguro eran tanto (¿o un mucho?) diferentes a los que recibías regularmente; en retrospectiva, de las temáticas banales con las que iniciamos a lo que ahora “hablamos”, definitivamente existe un gran camino (en poco tiempo de recorrido). Provocando tu agudeza mental e inteligencia, me diste permiso (o más bien no te quedó de otra) de conocer más de ti: lo que te ilusiona, lo que haces en tu vida diaria, lo que puede gustarte, lo que aspiras, lo que te disgusta…

Creo que puedo concordar contigo de que nada de esto fue planeado (pregunta cliché: ¿quién lo hubiera imaginado?) En definitiva, no lo vi venir… y cuando lo noté, creo que ya era demasiado tarde ¿afortunadamente? Varias emociones circulan en este momento por mi cuerpo -tanto agradables como desconocidas; pero es un buen indicador de dos cosas: sigo siendo una persona con sentimientos, y (lo más importante) que no me eres indiferente.

Algo que quiero compartirte es que el temor a lo desconocido siempre estará ahí (confieso que yo también tengo)… pero si algo he aprendido en los años pasados (que fueron bastante intensos para mi) es que no podemos simplemente rendirnos al miedo: dejar de hacer cosas, parar nuestro ritmo de vida, renunciar a siquiera intentarlo, evitar nuevas experiencias… sino aprender a controlarlo para que nos permita seguir adelante, y literalmente, vivir nuestra vida.

El multifacetismo es (no creo que el término exista siquiera, pero el concepto va relacionado con) una característica básica de los humanos que sirve como mecanismo de autoprotección ante nuestro entorno. Nuestro comportamiento se adecua según las circunstancias a las que nos exponemos: vocabulario, gestos, expresiones, movimientos, ideas… y tienen que ver con el ambiente en donde estamos (no somos los mismos con nuestros papás y hermanos, que con nuestros colegas de trabajo o con nuestro jefe; actuamos distinto en una fiesta con amigos cercanos, que en una cena con clientes en algún restaurante; le hablamos distinto a un niño desconocido de 3 años, que a un chofer de microbús que se nos acaba de pasar en Periférico… ¿entiendes mi punto?). Aclaro que no estaría justificando situaciones extremas con respecto a este tipo de “desdoblamiento de la personalidad”, pero creo que tu estás dentro del parámetro aceptable 😛 (al menos para mi criterio)

Escuché la canción que sonaba de fondo mientras me escribías, al igual que la otra que me recomendaste de bossa… me llama un poco la atención ambas elecciones musicales; pero me intriga mucho más el punto de vista (¿paradigma?) que comentas, y más, porque a pesar de que tienes algunas pruebas de que funciona de cualquier modo, creo que aún mantienes tu postura.

¿peor momento? Eso no existe como tal. Dios, la vida, el destino, el karma… (o como quieras llamarle) nos pone en el camino a las personas indicadas, en los lugares adecuados, en el tiempo pertinente, con tales situaciones; nada en la vida es casualidad, sino causalidad. Eso -en lo personal- me ha dado cierta confianza de que voy por buen camino y que estoy cumpliendo con mi propósito en la vida (sea cual sea, aún no lo tengo identificado). Considero que nunca es un mal momento para hacer lo correcto; puede doler hacerlo, pero siempre nos hará sentir mejor… así que, ánimo!

Con AYER ~ HOY ~ MAÑANA te darás cuenta (hasta cierto punto) en el por qué he dejado de juzgar a las personas por sus defectos, y simplemente dejarlas acercarse por sus cualidades… no soy quién (finalmente lo comprendí) para alejar a las personas que por X o Y no comparten mi paradigmas, ni mucho menos para calificarlas como “buenas” o “malas” Todo está en función de la perspectiva con que se vean las cosas.

Lo que si no estoy del todo de acuerdo, es tu postura de no confiar en las personas… puede ser que sea uno de los pocos, pero tengo una particular teoría al respecto, que estuve hablando una noche con un amigo incrédulo. 😛 Esto ya parece promoción a lo que escribo, pero creo que es un poco más claro en escrito que hablado; tiendo a estructurar (y sintetizar) mucho mejor mis ideas cuando escribo. Claro que tienes cara, y claro que vas a seguir escribiendo… no ha pasado nada trágico para que te detengas, y aunque así fuera, creo que ya soy lo suficientemente “maduro” para que sigas a mi alrededor -aunque no le apuestes a ello 😛 porque tengo mis malos ratos.

Se me hace chistoso como a veces, las personas imaginamos escenarios ficticios (fatídicos) sobre resultados posibles. ¿Es algo cultural del mexicano o todos los humanos venimos con ese defecto de fábrica? A lo que me refiero es que (algunos) somos drásticos y esperamos lo peor de las situaciones (viendo el vaso medio vacío) y así vamos por la vida… esperando que el infame destino nos alcance, sin posibilidad de hacer algo al respecto.

¿Cambiaré mi forma de ser? Posiblemente, pero no como resultado de esta aventura, sino como parte de un proceso natural de aprendizaje que se aceleró hace dos años y que sigue en transcurso. Sigo creyendo en ti. Te sigo teniendo fé; ¿será que supiste cómo explicarlo? que mi instinto lógico me dice que es adecuada la justificación, ¿será que es un cruce de circunstancias con la preparación adecuada (la dichosa suerte)? No lo sé… no quiero indagar en las razones… eso me hará pensar de más, y esta vez, no tengo muchos deseos de hacerlo… prefiero dejarlo ir y que todo siga su curso natural. El viaje va bien… el destino aún no llega, pero ya me estás haciendo placentera la jornada.

 

dance like no one is watching;
love like you will never be hurt;
sing like no one is listening;
and live like it’s Heaven on Earth
~Mark Twain

cotidiano

las Oportunidades y lo que Ocasionan

Definitivamente, uno sabe (¿o siente?) cuándo las grandes oportunidades se presentan ante uno… nuestro cuerpo reacciona de un modo particular cuando se da cuenta que lo que está por suceder (si es que decidimos llevarlo a cabo) tiene el potencial de cambiar el rumbo de nuestra vida.

Entre lo que puedo pensar en este momento que sea una gran oportunidad, destaca una nueva relación, un nuevo empleo, un cambio de ciudad, una nueva vida independiente, un nuevo opción de estudio… (siéntanse libres de agregar lo que ustedes crean conveniente).

Sin embargo… ¿Qué pasa cuando esa oportunidad no es totalmente dependiente de nuestras acciones? ¿Cuándo la participación (ayuda o cooperación) de alguien más es totalmente necesaria?

Haciendo una analogía, esto es similar a cuando uno tiene un crush con alguien (confieso que me pasó recientemente); se idealiza a la otra persona (en menor o mayor medida) formando una “imagen” que muchas veces no es cercana a la realidad; se busca atraer a la otra persona y ser agradable; se intenta ubicar puntos en común y sacarles provecho… básicamente, hacer ese match

Sin embargo, al final del día, aunque uno tenga toda la disposición para hacer que las cosas sucedan, la respuesta de la otra persona es necesaria e indispensable… ¿o me equivoco? (Recuerdo este dicho popular “a la fuerza, ni los zapatos entran”) Y es que, uno no puede forzar a que ese click se dé y todo lo que conlleva (bueno, lo que se supone que conlleva).

¿Es entonces prudente (¿o recomendable?) dejar pasar esas oportunidades aunque todo nuestro cuerpo reaccione ante ellas? ¿Cuándo aplica eso del poema “Si amas a alguien, déjalo ir, si regresa, es tuyo; si no regresa, nunca lo fue”? Me lo pregunto, porque si “las buenas oportunidades llegan una sola vez en la vida y hay que aprovecharlas” ¿uno debe aferrarse y seguir insistiendo o simplemente dejarlas ir (porque van a regresar, ¿no?) ?

Confundido a más no poder… bueno, no es la primera vez =/

les comparto mi vida

nos vemos

Retomaré el primer ejercicio de escritura con el que inicié esto de la expresión en blogs, puesto que me pareció adecuada la tónica que en su momento comenté en esa nota y que considero apropiada al hecho de que en unos momentos más, finalizaré esta etapa en mi vida.

Ya comentaba de la resistencia al cambio que tenemos los humanos para afrontar nuevos retos, así como la resistencia hacia nuevos caminos que se presentan, además el cómo muchas veces el conformismo (o incluso el derrotismo) nos invade y termina definiendo nuestra propia vida, sin antes siquiera dar una justa batalla.

Viendo esto desde el exterior, creo que el potencial con el que contamos todos nosotros -yo que escribo y ustedes que leen este post- es tremendamente grande (inimaginable, si me preguntaran); sin embargo, no muchas veces tenemos las ganas de dar ese extra que haría que nuestro día a día deje de ser convencional y pase a ser extraordinario. Seamos honestos y aceptémoslo, el hecho de esforzarnos a muchos nos da un poco de (o mucha) pereza.

Creo que estamos en una posición estratégica, no tanto por el giro de la actividad que desempeñamos, ni por la zona geográfica (la tan llamada “zona de bajo costo”), sino por el hecho que tenemos el talento para llevar a cabo cosas increíbles y las personas que lo pueden llevar a cabo tienen el potencial para superar las metas. Logrando así elevar la percepción que se tiene sobre lo que somos y lo que hacemos.

Dejemos esa zona de confort, que solo nos hace estancarnos y dar lo que se espera de nosotros. Adoptemos una actitud de aprendizaje continuo, de crecimiento sostenido, de aumento de capacidades… ¿recordamos la actitud que teníamos al entrar a nuestro puesto? Muy llenos de expectativas con respecto a nuestra labor, con muchos planes a futuro para nosotros y nuestro trabajo,  ilusionados por dar mucho más de lo que pidieran de nosotros mismos… creo que ésa es la clave del éxito (pudiera estar equivocado, pero sospecho que no estoy tan alejado de tener razón)

¡Los invito a nunca rendirse! Dándole batalla a todos con los que trabajan (pero no lo tomen por el lado negativo, me refiero a una lucha que resulte en obtener lo mejor de nosotros, de nuestras capacidades, de nuestros talentos…) Todos vamos por más, diariamente se avanza o se retrocede, dependiendo de la actitud que adoptemos… y lo mejor es seguir al frente.

Una mezcla de tristeza y alegría es lo que siento en estos momentos. Mucha nostalgia por lo que dejo ir (lo vivido, lo que gané, lo que perdí, lo que me llevo), combinada con una enorme emoción por lo que se viene.

Y así sin más, nos vemos!
puede que para siempre, puede que por un breve tiempo
(porque uno nunca sabe!)

les comparto mi vida

11:11

En esta tarde (que parece más noche), a punto de terminar con este ciclo laboral… mientras espero que la enorme cantidad de bits de información personal se transfiera, hago una pausa y me detengo a pensar; momento adecuado para recapitular todo lo que ha ocurrido en este año con mi vida.

Desde inicios de 2010, ha sido una tarea titánica el recuperarme de la derrota (según yo) que fue 2009 – pocos conocen las causas de esto; sin embargo, haciendo un balance, creo que debía suceder de la manera tal cual ocurrió,  y que me permitió llegar al punto en que me encuentro actualmente. Uno no puede ir por la vida sin aprender de las experiencias que se le presentan… ¿Cierto?

El probar a tope mis capacidades y conocer hasta donde podía llegar por mis propios méritos, fue de las batallas a afrontar en el año. La falta de identificación con el entorno fue una de las razones por las que me adentré en el mundo digital, donde encontré todo un mundo novedoso y lleno de personas fascinantes (qué después corroboraría de manera offline)

La oportunidad de regresar al mundo corporativo transnacional no llegó mucho después, y fue ahí donde tuve que comenzar a priorizar lo que resultaba importante en mi vida; no por razones económicas (que confieso fue un factor decisivo en su momento), sino por las posibilidades que me brindaría a futuro. Esas pequeñas voces en conflicto dentro de mi cabeza, que intentan disuadirte de tomar decisiones apresuradas, se hicieron presentes durante varios días.

Eventualmente tuve que decidir, y la sensación de protección por parte de una organización global me ganó totalmente; además de que ya conocía lo que era trabajar en estos rumbos. Peripecias y proyectos que aún continúan en conjunto siguen atándome a esa oportunidad con la que inicié el año (además de la amistad que creo tener ahí).

Se esboza una sonrisa al aparecer en mi mente imágenes de esa aventura que fue Denver… no tanto por ser un nuevo destino, sino por las amistades que logré gestar allá (aunque lo nieguen, ahí dejamos de ser compañeros y nos volvimos amigos); increíble que cuatro personas distintas (en perspectivas de vida, deseos propios, sueños y aspiraciones…) llegaran a un punto de acuerdo para sacar lo mejor de sí en su día a día, y ese nivel de profesionalismo no se ve (vive) a diario.

Tanta cosa interesante que viví aquí, con sus bemoles y sobresaltos; pero de que fue una experiencia demasiado interesante, no me queda la menor duda. Te das cuenta cómo no todo se debe juzgar por su primera impresión: aquellos que se veían tan inalcanzables y tan lejos, y que están más que cerca; los otros con los que nunca pensaste relacionarte, y terminaste conversando con ellos a altas horas de la noche; algunos cuya permanencia sugeriría garantía de calidad, y que no son más que breves esbozos de lo que quisieran ser… contradicciones vivas, como la vida misma

Y ahora, al llegar al final de esta aventura, ocho meses después, no queda más que agradecer. No por simple cortesía (o incluso hipocresía), sino por el hecho de haber caminamos juntos. Mi creencia personal de que estamos en esto confabulados de algún modo, me permite seguir adelante, a sabiendas de que posiblemente no será la última vez que nos veamos. Puede que sí, puede que no… uno nunca sabe dónde te llevarán estos caminos no escritos.

La siguiente etapa está en puerta, y a pesar del temor que pudiera sentir (¿a lo desconocido?) sé que estaré bien; grandes y talentosas personas están ansiosas de mi colaboración, y eso me llena de orgullo (y honesta gratitud adelantada) para todos y cada uno de ellos…

¿Dónde iré a parar? No lo sé aún…
Pero lo que sí sé, es que aprenderé aún más de todo esto.

Lentamente los datos terminan de moverse, un sorbo a mi última vespertina (¿nocturna?) taza con té y leche… recupero la conciencia para darme cuenta que, como muchas otras veces, estoy (casi) solo en la oficina.